stranger things point-and-clic

Después del fracaso de Outcast y su poco original y ramplona historia; una se quedó con un vacío en el estómago. Me desilusionó saber que jamás conseguiría encontrar un serial a la altura de un amante del terror y lo fantástico; una serie de televisión que fuera capaz de emocionarme como va siendo hora que ocurra.

No obstante, cuando el pasado 15 de julio Netflix liberó la primera temporada de Stranger Things, su más reciente producción, no me resistí. De ilusión se vive también y no soy de las que se da por vencida. Juzguen ustedes mismos el tráiler que Netflix ofrecía el pasado 9 de Junio:

https://www.youtube.com/watch?v=XWxyRG_tckY

 

Stranger Things arranca cuando un niño llamado Will desaparece del mapa sin dejar rastro. En su búsqueda desesperada, tanto sus amigos y familiares como la policía local se ven envueltos en un enigma extraordinario: experimentos estatales ultrasecretos, fuerzas paranormales terroríficas y una niña muy, muy rara.

Llamó mi atención, lo admito. Pero no esperaba lo que me encontré. Ahora que ya he terminado la temporada (me ha durado exactamente un día, nada más ni nada menos), puedo afirmar que Stranger Things es una de las series más grandes de la temporada. Y lo que es más importante: adapta a la perfección el género al serial.

Pero por si acaso, como me ocurrió a mí, el trailer tampoco acaba de convencerte, traigo cinco razones por las que tú, querido lector de TerrorActo, no puedes perderte Stranger Things:

El formato Netflix

Olvídate de la publicidad, de esperarte toda una semana para el siguiente capítulo. Adapta el visionado como te dé la gana. Siempre es agradable poder adaptar las series a su propio horario y gran parte de la importancia y la aportación de Netflix recae en ello. Pero lo más importante es que son conscientes de ello y han conseguido obrar capítulos que no pierden la continuidad. Netflix ha consolidado la estructura de sus episodios y ha sabido explotarla de la mejor manera: 8 episodios de 45 minutos aproximadamente (minuto arriba minuto abajo, dependiendo de las necesidades narrativas) siempre divididos en prólogo, título y episodio; todos ellos con un ritmo imposible de frenar. Medallita.

El equipo y el casting

Yo no sabía quiénes eran los hermanos Duffer pero después de esto no se me va a olvidar. Escritores y directores del proyecto, firman en todos y cada uno de sus planos; generan una obra de autor que marca su carrera. Por otro lado, han sido capaces de apretarse las tuercas: el casting cuenta con la gran Winona Ryder (ya sabéis: Eduardo Manostijeras, Bitelchús y tantas otras) y un impresionante David Harbour (The Newsroom). Quizá, lo más impresionante es el apasionante trabajo de los más jóvenes de la serie: Gaten Matarazzo (Dustin), Caleb McLaughlin (Lucas), Finn Wolfhard (Mike) y la magnífica Millie Bobby Brown (Eleven), que afirma haberse inspirado por la Furiosa (Mad Max: Furia en la Carretera) de Charlize Theron para su papel. Tampoco pasa desapercibido el papel de Natalia Dyer, a cargo de la tierna Nancy Wheeler.

 

Sus referentes

En la superficie: una banda sonora a la altura de la de Guardianes de la Galaxia, Stranger Things se ambienta en los 80 y su contexto sin dejarse perder de los temas contemporáneos más importantes. Sin embargo, en el interior, un verdadero festín aguarda. Véanlo ustedes mismos. ¿Los Goonies? Presentes. ¿Stephen King? Presente. Y reto a cualquiera a intentar ver la serie sin querer gritar algún referente a la historia del género de lo fantástico y del género de terror, que se imprime en el texto de la gran primera temporada de Stranger Things.

Nadie falta a la cita: Spielberg (E. T., Super 8, Tiburón…), Ridley Scott (Alien), Wes Craven (Pesadilla en Elm Street)… En cuestión: los más grandes. Incluso Poltergeist o Evil Dead tienen cabida en esta celebración del género con la firma de los Duffer. También los contemporáneos (impresionante referencia a Under The Skin de Jonathan Glazer, en su momento) como Guillermo del Toro tienen cabida en Stranger Things. El desarrollo de la serie es el resultado de un análisis del género desde sus inicios hasta ahora, una reinterpretación de los roles arquetípicos y las incorporaciones al lenguaje cinematográfico de todas las películas (e incluso series, como Fringe o incluso Twin Peaks) que sirven como tesis. Si te molan los 80, lo vas a flipar.

Los personajes

Stranger Things consiste una serie coral casi perfecta, donde los personajes se relacionan entre sí ya sea activamente o pasivamente. Es indiferente. Refleja perfectamente lo que es un pueblo pequeño, hilando con perspectiva a los personajes secundarios a través de los grandes pilares de la serie: el sheriff Hopper, la familia Byers (Jonathan y Joyce, junto al pequeño desaparecido: Will), la familia Wheeler (Mike y Nancy) y El (o Eleven). El personaje de Rider (Joyce) y el de Harbour (El Sheriff Hopper) son dos increíbles estrellas y, sin embargo, pese al peso mediático de los actores, ninguno de ellos ensombrece al de los demás. Las diferentes escalas de edades se adaptan a los diversos estilos. El tratamiento de los personajes infantiles es magistral. A través de las historias de cada personaje, divagamos en la ambientación y los problemas de cada uno para un apoteósico clímax conjunto. Desde el niño desaparecido, la final girl y la misteriosa joven con superpoderes hasta la madre que pretende salvar a sus hijos o el sheriff que se toma el caso como algo personal; Stranger Things dota a sus protagonistas y personajes la densidad y la profundidad necesaria en cada momento. Esta panda de pueblerinos van a hacerse con tu corazón: y créeme, no querrás devolverlo.

Para ver en familia

¿Qué? ¿Cómo? Sí. Pese a que Netflix tampoco lo recomienda, lo cierto es que el tono leve y juguetón de la serie deja espacio para que pueda ser contemplada como una serie familiar. Yo crecí viendo Buffy Cazavampiros, señores. Críen a sus hijos/primos/menores, con esta maravilla. ¿Cansado de grises y maldad, de perversión sin sentido? Stranger Things es tu ópera perfecta. Engloba personajes de todos los rangos de edad: tenemos el grupo de niños, los amigos del muchacho desaparecido, el grupo de adolescentes, que se vinculan con adultos y niños, y el grupo de los adultos. La intensidad de lo fantástico sigue dando espacio para un registro de público más amplio, sin encerrarse en ninguno, y se tocan aspectos tan importantes como la madurez, la pérdida, la importancia de la comunicación… Y lo que es mejor, pese a eso, se mantiene la tensión, el misterio y la violencia del terrorífico antagonista de la serie.

Si quieres jugar a un juego, te reto a que te dejes sorprender por estas 8 horas de metraje de pura pasión por el género. Esperemos que Netflix decida ofrecer la oportunidad de una segunda temporada y que esta venga el doble de fuerte. Tengo puestas mis esperanzas en los Duffer, sí señor. Pero si has tenido que llegar hasta aquí abajo para dejarte convencer, quizá necesitas un último empujón:

 

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